lunes, 29 de septiembre de 2008

Tlatelolco, día 67

El jueves 26 de septiembre Barros Sierra dirigió a la Junta de Gobierno un comunicado en el que manifestaba su decisión de continuar sus labores como rector, como respuesta al apoyo de la comunidad universitaria: “Nuestras tareas inmediatas serán: restablecer el orden universitario y demandar al gobierno la desocupación de nuestros recintos por las fuerzas militares, para reanudar cuanto antes las labores...” El rector comentó, en conferencia de prensa, que miembros de diferentes comités de lucha de escuelas y facultades de la UNAM lo habían visitando y “le reiteraron su adhesión, se manifestaron por la unidad universitaria y expresaron su deseo de volver lo más pronto posible a la casa máxima de estudios”.
El CNH manifestó en un desplegado de prensa: “La gravedad de los últimos acontecimientos demanda una conducta totalmente firme. Las presiones externas y el lenguaje injurioso que se ha utilizado para conminar al rector de la UNAM a renunciar, constituyen un verdadero atentado contra la existencia misma de este centro de cultura (...) La aceptación de la renuncia del rector habría sido un retroceso más serio en la vida nacional que la propia ocupación material, por parte del ejército, de los edificios escolares. Afectaría no sólo las instalaciones universitarias sino la estructura orgánica misma de la UNAM, meollo de su autonomía”.
Fueron dictados autos de formal prisión a las personas detenidas durante la intervención militar en CU. “La única persona que quedó totalmente liberada fue el licenciado Jorge Tamayo López Portillo. El juez de distrito, licenciado Eduardo Ferrer McGregor, declara también libres por falta de méritos a José Luis López Rubio, Estanislao Sáinz Nevárez, Francisco Valero Recio y Rina Lazo Warren de García, de los delitos de invitación a la rebelión, sedición, daño en propiedad ajena, ataques a las vías generales de comunicación, robo y despojo”. Pero a estas personas “el juez 21 penal les decretó formal prisión, junto con otros cincuenta procesados, por delitos de orden común. Los cargos que se les hacen son los de robo, daño en propiedad ajena, lesiones contra agentes de la autoridad, resistencia de particulares cometidos por pandilla y asociación delictuosa”.
En Mérida se realizó una manifestación silenciosa, encabezada por el rector de la Universidad de Yucatán, para expresar su solidaridad con el movimiento estudiantil del Distrito Federal. La marcha se efectuó bajo vigilancia policiaca, sin que se produjeran incidentes.

En Jalapa se llevó a cabo una manifestación estudiantil en protesta “por la acción de la policía y el ejército contra los estudiantes capitalinos”. La manifestación fue disuelta “por los policías, granaderos con bombas lacrimógenas y macanas, en una acción que provocó dramáticas escenas nunca antes vistas en esta población y a consecuencia de la cual fueron detenidas muchas personas, estudiantes y transeúntes”. La acción policiaca culminó con el desalojo de estudiantes que estaban en el edificio de la facultad de Pedagogía, Filosofía y Letras de la Universidad Veracruzana, “y el cateo al dormitorio estudiantil Doctor Ernesto Che Guevara”.

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