lunes, 29 de septiembre de 2008

Tlatelolco, día 64. La batalla del Casco

El lunes 23 de septiembre, Barros Sierra presentó su renuncia a la Junta de Gobierno de la UNAM: “Sin necesidad de profundizar en la ciencia jurídica, es obvio que la autonomía ha sido violada (...) Me parece importante añadir que, de las ocupaciones militares de nuestros edificios y terrenos, no recibí notificación oficial alguna, ni antes ni después de que se efectuaron (...) Los problemas de los jóvenes sólo pueden resolverse por la vía de la educación, jamás por la fuerza, la violencia o la corrupción (...) Estoy siendo objeto de toda una campaña de ataques personales, de calumnias, de injurias y de difamación. Es bien cierto que hasta hoy proceden de gentes menores, sin autoridad moral; pero en México todos sabemos a qué dictados obedecen. La conclusión inescapable es que, quienes no entienden el conflicto, ni han logrado solucionarlo, decidieron a toda costa señalar supuestos culpables de lo que pasa, y entre ellos me han escogido a mí (...) Por ello es insostenible mi posición como rector, ante el enfrentamiento agresivo y abierto de un grupo gubernamental. (...) En virtud de las consideraciones anteriores, me veo en la imperiosa necesidad de presentar mi renuncia irrevocable”.
La renuncia del rector unificó a los universitarios en torno a su persona. El Sindicato de Profesores de la UNAM manifestó: “Si la Junta de Gobierno acepta la renuncia del rector Barros Sierra, los siete mil profesores dimitirán en masa”. La Asociación de Trabajadores Administrativos de la UNAM, el Colegio de Profesores de la Escuela Nacional de Economía, la Escuela Nacional Preparatoria, mil 500 empleados administrativos, los directores de facultades, escuelas e institutos, y estudiantes pidieron a la Junta de Gobierno de la UNAM que no aceptara la renuncia del rector. La mayoría coincidió en que si se aceptaba su renuncia, se estaría abdicando de la autonomía universitaria.

En la tarde se realizó una concentración de más de tres mil personas a unos metros de CU, quienes después marcharon hasta la casa del rector de la UNAM, a quien le pidieron que reconsiderara su renuncia.

El diputado Octavio A. Hernández declaró a la prensa: “Con la aprehensión de algunos cabecillas de la agitación estudiantil, la renuncia del rector y el rescate de los planteles universitarios, el problema se acerca a su fin”.

Mientras tanto, 15 facultades y escuelas de la Universidad de Nuevo León acordaron paralizar sus actividades y otras diez deliberaban en asambleas sobre la posibilidad de sumarse al paro.

Por otra parte, el edificio de la Voca 5 fue ametrallado por comandos policiacos vestidos de civil, ocasionando grandes destrozos.

En las primeras horas de la noche se inició una serie de choques violentos entre estudiantes y granaderos en el Casco de Santo Tomás, Tlatelolco y Zacatenco.

En el Casco, los estudiantes secuestraron autobuses y los colocaron en forma estratégica alrededor de las escuelas; abrieron zanjas y derribaron postes “con el fin de impedir el paso de los vehículos policiacos”. A las siete de la noche llegaron al lugar unos mil 500 granaderos en autobuses de pasajeros y de inmediato rodearon las instalaciones del Casco. Los politécnicos incendiaron los camiones con los que habían bloqueado las calles aledañas al Casco y desde las escuelas y algunas casas comenzaron a arrojar bombas molotov a los policías y a los autobuses en los que habían llegado. Los granaderos lanzaron gases lacrimógenos, pero se replegaron para evadir las bombas molotov que les lanzaban. La lucha se extendió hasta la avenida Instituto Politécnico, donde los estudiantes quemaron varios autobuses. A las once y media de la noche, “cientos de granaderos, apoyados con tiros de fusil”, tomaron todas las escuelas del Casco de Santo Tomás.

Fueron detenidos 350 estudiantes, hombres y mujeres. Todos fueron trasladados a las cárceles en autobuses de línea y en vehículos de la policía.

Mientras, en la zona de Tlatelolco hubo choques entre estudiantes y granaderos. Éstos recurrieron a las armas de fuego. Después de un intenso tiroteo tomaron la Voca 7 y detuvieron a los estudiantes que estaban en el área.

Según un volante de la Asociación de Padres de Familia de Nonoalco Tlatelolco, “el 23 de septiembre de 68 a las 23.30 horas, 9 patrullas de la policía preventiva de la ciudad de México ametrallaron por espacio de 9 minutos las instalaciones de la Voca 7, dejando un saldo de 2 estudiantes muertos y 9 heridos de bala. Las víctimas fueron sacadas del plantel por granaderos, quienes impedían la intervención de la Cruz Roja”. El documento indicaba que, hasta esos momentos, se desconocía el paradero de las víctimas. “Protestamos por el asesinato sistemático de nuestros hijos de parte del gobierno de Díaz Ordaz”, decía el volante, que finalizaba con las consignas “Muera el mal gobierno”, “Viva México”.

En Zacatenco, los estudiantes también se enfrentaron a la policía.

A continuación, reproduzco la parte del informe no censurado de la Femospp que habla de la toma del Casco de Santo Tomás:

“En la toma del IPN, destacan distintas tácticas ofensivas por parte del Estado, desde el envío de la Policía Preventiva del DDF, la intervención de grupos paramilitares y la ocupación de las instalaciones por parte del ejército. Edificios balaceados, coches ametrallados. El ejército rodea las instalaciones y abre fuego con ametralladoras. El ejército realiza detenciones ilegales. En la toma del Casco de Sto. Tomás aparece de nuevo el Batallón Olimpia. La violencia contra la comunidad politécnica fue mucho mayor a la ejercida contra los universitarios, existiendo no sólo detenciones, heridos y muertos, sino desapariciones forzadas. Además de la política de exterminio contra el grupo nacional opositor movilizado, el Estado y sus instituciones demostraron, a lo largo del conflicto, particular violencia en contra de los politécnicos, denotando, a la vez un trato represivo de tintes clasistas”.

“Conforme a reportes de la DGIPS:

“00.05.- Fue balaceada la Vocacional 5 por personas desconocidas que viajaban en 2 automóviles.

“06:45.- Un coche Opel placas 680 NT presenta 23 impactos de bala del mismo calibre, por lo que se deduce que el ataque se realizó con ametralladoras.

“Estudiantes persiguieron un Volkswagen blanco el cual identificaron como uno de los agresores (el otro coche se dijo que fue un Ford 1964 gris), y algunos fueron a sus casas por pistolas para repeler cualquier nueva agresión. Agentes del Servicio Secreto vigilan la Vocacional.

“19:35.- Siguen luchando estudiantes y granaderos en el Casco de Sto. Tomás. Los estudiantes tienen un herido. En las escuelas Wilfrido Massieu, Ciencias Biológicas, Medicina, Superior de Economía, la ESCA y las Vocacionales 3 y 6 se están empezando a hacer barricadas para defender el perímetro del Casco, y se continúa luchando contra los granaderos.

“Los granaderos se empiezan a retirar al ser rechazados con bombas molotov, cohetones, varillas, piedras y algunas armas de fuego. Hay varios detenidos.

“20:50.- Entra el ejército al Casco.

“21:10.- Policías heridos: Jorge de León Gaona en el cuello y el tórax y Pedro Badillo Martínez en el pecho.

“Se reportan 5 bajas entre granaderos y un civil, y se comenta que en el anfiteatro de Medicina Rural hay un estudiante muerto.

“Se encuentran detenidos: Alejandro Cames Sandoval, Manuel Estela Zoológico y Felipe Montes de Oca.

“23:15.- Durante los últimos minutos se han estado escuchando descargas de ametralladoras y otras armas de fuego. Se dice que el estudiante muerto en el Anfiteatro de la Escuela de Medicina Rural es Ángel Martínez Velásquez.

“La Cruz Verde ha estado recogiendo heridos, y se han estado realizando detenciones: Se recorren las calles adyacentes al IPN y a las personas que no se identifican plenamente se les detiene.

“23:35.- 36 patrullas con 5 elementos cada una llegaron por Instituto Técnico y rodearon la escuela Wilfredo Massieur.

“23:45.- Siguen disparos esporádicos de arma de fuego, aunque a veces son repetidos.

“En el hospital Rubén Leñero se encuentran graves dos estudiantes: Guillermo Stal Cepeda y Joaquín Salazar o Solar.

“Todas las escuelas del Casco de Sto. Tomás fueron tomadas y cateadas, la única zona del Casco que fue respetada por el ejército, fue el local de la FNET.

“Horas más tarde, 15 carros blindados y 6 transportes con seiscientos efectivos militares entran al Casco de Santo Tomás. Junto con las tropas del ejército van ‘efectivos de la policía judicial con M-1 y lanzagranadas’. El ejército ocupa el Casco. Cuatrocientos soldados, al mando del general Gustavo Castillo, catean todos los edificios del Casco y capturan a decenas de estudiantes que se encuentran dentro de sus instalaciones.

“En los reportes de la DFS de la toma del Casco se percibe que, a diferencia de la Toma de CU y de Chapingo en la que no hubo resistencia, la ocupación del Casco de Sto. Tomás por el ejército, fue repelida por estudiantes y maestros politécnicos. El ejército, la policía y los granaderos arremetieron con fuerza. El barrio intermedio entre la Normal Superior y las instalaciones del Casco y el barrio de Nonoalco Tlatelolco, fueron convertidos en un campo de guerra.

“En los combates del Casco se registraron numerosos heridos graves y la prensa del día siguiente reportó que se encontraron estudiantes muertos en los sótanos de Ciencias Biológicas, pero solo se dieron dos nombres: Ángel Martínez Velásquez y Luis Lorenzo Ruiz Ojeda, y nunca se volvió a mencionar y menos a investigar el caso”. Durante esos días, grupos de paramilitares tomaron la Academia de San Carlos.

“A las 14:00 hrs., llegó un grupo de granaderos a la esquina de Quito e Instituto Técnico su transporte número 810, que trató de disolver a los estudiantes con gases lacrimógenos. Se escucharon detonaciones de arma de fuego. Los estudiantes les arrojaron bombas molotov y piedras logrando que el vehículo policíaco empezara a incendiarse. De este encuentro resultó gravemente lesionado el Capitán de Granaderos Fausto Benítez Barajas, dos granaderos salieron completamente desnudos y dos estudiantes quedaron tirados en el pavimento, al parecer víctimas de impactos de arma de fuego, que fueron recogidos por una ambulancia. Momentos después se reorganizaron los estudiantes e iniciaron un nuevo ataque, haciendo huir a los granaderos sobre la Av. Instituto Politécnico Nacional, pero llegaron refuerzos y dentro del área de Zacatenco detuvieron a más de 100 estudiantes.”

“Lista de heridos el 23 de septiembre durante la toma de El Casco de Santo Tomás. Estudiantes y maestros, siete: Herminio Meza Sánchez, Guillermo Martínez, Guillermo Stal Cepeda, (grave); Gloria Tapia Valencia, Joaquín López Salazar, (grave); Antonio N, Josafat Figueroa Vargas. Granaderos, nueve: Francisco Albarrán; Laurencio Alcántara Martínez; Pedro Bobadilla Martínez; Lorenzo Díaz Miranda; Primitivo Gallardo; José Lara Guevara; Juan López Ibáñez; Norberto Reyes Mendoza; Moisés Zúñiga Torres.

“A las 17:20 hrs., quedo despejada la zona de estos disturbios. Una ambulancia recogió a Fernando Hernández Zarate, con lesiones de las que por naturaleza ponen en peligro la vida, trasladándolo al Hospital de Traumatología de la Villa. Por la noche, un grupo de estudiantes se lo llevó por la fuerza del Hospital. En forma simultánea, hubo otro encuentro entre estudiantes y policías en la Col. Industrial, habiendo resultado herido en el antebrazo derecho el estudiante Felipe Villegas García, que fue atendido en la Cruz Roja”.

No hay comentarios: