domingo, 28 de septiembre de 2008

Tlatelolco, día 17

El miércoles 7 de agosto de 1968 aumenta el descrédito de la oficialista FNET. Cuando el Estado percibe esto, trata de crearse otros interlocutores. Así, mientras la FNET se ratifica a sí misma y declara que “seguirá encabezando las pláticas con las autoridades”, el director general del Poli hace, en este sentido, un llamado a maestros y estudiantes a reanudar las clases, después de que Corona del Rosal, el regente, le enviara una carta con las bases para iniciar el arreglo de la situación, en la que le informa que, por instrucciones del secretario de Educación Pública (Agustín Yáñez quien, por otra parte, era un excelente novelista), se ha formado una comisión integrada por cuatro directores de escuelas a fin de establecer enlaces con los grupos estudiantiles e iniciar el diálogo.
Este mecanismo le permitía al gobierno no entrar en contacto directo con los estudiantes movilizados y organizados de manera democrática e independiente.
En consecuencia, el director del Poli hace un llamado a maestros y alumnos para que reanuden las clases y “ayuden a normalizar la situación actual”.
La FNET se niega a perecer: avisa que este 7 de agosto se vence el plazo de ocho días que había fijado al DDF para dar solución a su pliego petitorio: destitución de los jefes policiacos y castigo a los responsables de la represión al estudiantado.
Ante estos intentos, el CNH se establece como único y legítimo interlocutor ante el Estado y desacredita la carta del regente y a sus posibles interlocutores. “Al dirigir la carta exclusivamente al doctor Massieu, pretende ignorar la existencia de un problema nacional que afecta a universitarios, politécnicos, normalistas y pueblo en general, y el hecho de que la huelga nacional de estudiantes se extiende rápidamente”. Y concluye “que cualquier solución que se intente deberá ser aprobada por este Consejo Nacional de Huelga y desconocemos y desaprobamos cualquier arreglo en el que participen personas u organizaciones ajenas a este consejo.”
El Comité de Huelga del IPN desautoriza a cualquier organismo que no sea el Consejo Nacional de Huelga “para llevar a cabo los trámites con vistas a la solución del conflicto”; exige que sea pública cualquier plática que se realice entre las autoridades y los estudiantes para resolver las demandas de éstos; denuncia la violación del ejército al artículo 11 constitucional, por no permitir la entrada al DF de estudiantes procedentes de provincia y negar la salida de estudiantes de la capital al interior del país.
A su vez, el Comité Coordinador de Maestros del IPN Pro Libertades Democráticas manifiesta, en comunicado, que los profesores hacen suyas las seis demandas del pliego petitorio de los estudiantes y declara: “Nosotros deseamos hacer de nuestra cátedra ejemplo de verdad y libertad. Por ello, nuestra actitud obligada es apoyar a los estudiantes cuando tratan de defender aquello que les hemos enseñado. Su actitud es ahora ejemplo para nosotros”.
Aparecen en la prensa comunicados de profesores de diversas escuelas: la Nacional Preparatoria, el Colegio de Profesores de la Facultad de Ciencias de la UNAM y la Superior de Economía del Poli, entre otras. Todos los profesores coinciden en manifestar su descontento por el uso desmedido y brutal de la policía y el ejército contra los estudiantes, así como en solidarizarse con el movimiento estudiantil y con su pliego petitorio.
Además, sacerdotes jesuitas se solidarizan con las exigencias de maestros y estudiantes.

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