lunes, 29 de septiembre de 2008

Tlatelolco, día 60

El jueves 19 de septiembre, veinte minutos después de la medianoche, los detenidos fueron llevados en camionetas de la policía a Lecumberri y a la Procuraduría del Distrito.
A las tres y diez de la madrugada llegaron a la Procuraduría 20 camionetas con 148 personas; las mujeres fueron concentradas en el cuadrante y los hombres, en la sala de banderas.
Al veinte para las cuatro, Fernando Ortiz, director de Averiguaciones de la Procuraduría del DF, informó que los detenidos fueron presentados por la Policía Preventiva y que por el momento no se había precisado el delito, aunque aclaró que son de los que se persiguen de oficio.
Las procuradurías General de la República y del Distrito iniciaron los interrogatorios.
Según el informe de la Femospp, “por la mañana un grupo de estudiantes trató de llegar a CU, tanto por la Av. Insurgentes como por Universidad. Esta última fue cerrada con camiones a la altura de su cruce con Miguel Ángel de Quevedo. Los estudiantes fueron replegados por la policía y se organizó un mitin relámpago en el monumento a Obregón. Hubo varios detenidos.
“El trabajador de la UNAM Víctor Rogelio Villela Gutiérrez fue trasportado al Hospital de Traumatología de Xoco, con heridas graves en la pierna, declarando el herido que fue herido en Insurgentes, probablemente a la altura del Monumento a Obregón. Varios dirigentes del CNH dijeron que al dejar un momento solo al profesor Fausto Trejo fue atacado por ‘la policía, pues recibió 8 impactos de armas de fuego, 4 en la piernas y 4 en el tórax y que su estado es grave.
“Heberto Castillo, Manuel Marcué y Eli de Gortari fueron perseguidos por distintos rumbos de la ciudad y detenidos por agentes del servicio secreto.
“Hasta las 5:30 horas del día 19, no se había logrado precisar los nombres de los líderes del movimiento que habían sido detenidos ya que las dependencias a donde fueron recluidos, continuaban elaborando sus relaciones y, en muchos casos, los detenidos proporcionaron nombres falsos. 614 detenidos estudiantes, profesores, trabajadores de la UNAM, campesinos de Topilejo y padres de familia, entre los que se encontraban Eli de Gortari, Cesar Nicolás Medina Flores (trotskista), Rina Melanie Lasso Wasen y Salomón de Swan Oliva (los dos del PC)”.
García Barragán emitió un boletín de prensa: “El Ejército actuó en la Universidad de acuerdo con las razones expuestas por la Secretaría de Gobernación...” Más tarde, en conferencia de prensa, el general dijo que “el Instituto Armado actuó en la UNAM a solicitud de la Secretaría de Gobernación y que ésta es la que debe explicar si hubo o no violación a la autonomía del Alma Mater”; los detenidos, “más de 600 personas, fueron entregadas a las autoridades policiacas”; el “Batallón Olimpia protegerá y dará amplias seguridades en las instalaciones olímpicas”, y, en tono amenazante, advirtió “que la tropa actuará enérgicamente en virtud de que ya no está en condiciones de aguantar insultos o agresiones de los estudiantes y que de éstos dependen las medidas que se adopten para que el ejército entre o no al Politécnico, en Zacatenco, al Casco de Santo Tomás o a otras escuelas que participan en el movimiento estudiantil”.
Los comités de lucha de diversas escuelas se concentraron en Zacatenco, donde hubo asambleas todo el día. Los estudiantes intensificaron las actividades de las brigadas políticas para informar sobre la invasión del ejército en la UNAM.
En la sesión de la Cámara de Diputados, Luis M. Farías, presidente de la Gran Comisión y líder de la mayoría priista, pronunció un discurso en el que justificó la intervención del ejército en la UNAM: “La medida fue necesaria (...) Ahora sólo resta que el señor rector, en vista de que no le fue posible por sus propios medios restablecer el orden, agradezca la medida adoptada por el gobierno federal y solicite del mismo le sean devueltos los edificios para destinarlos a los fines para los que fueron creados: la enseñanza y la investigación”.
El presidente de la Cámara de Diputados, José de las Fuentes Rodríguez, y el diputado Octavio A. Hernández, escupieron similares discursos.
Diversos grupos de estudiantes intentaron efectuar mítines para denunciar la intervención militar en CU, pero la policía lo impidió, lo que provocó enfrentamientos callejeros entre estudiantes y granaderos en diversos puntos de la ciudad: “En el monumento a Álvaro Obregón, la Plaza de la Ciudadela, Paseo de la Reforma y Av. Juárez, Zacatenco, Camarones y Cuitláhuac y la Colonia Industrial Vallejo”. El resultado fue de 52 estudiantes detenidos.
Por la noche, un grupo de estudiantes pretendió realizar un mitin frente a la Secretaría de Gobernación; los granaderos lo impidieron.
Más tarde, los jóvenes se reconcentraron en la Alameda, frente al Hemiciclo a Juárez, y nuevamente los granaderos los obligaron a disolverse, “utilizando esta vez gases lacrimógenos”.

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