Tlatelolco, día 15

El lunes 5 de agosto, el Partido Popular Socialista (PPS), dirigido por Vicente Lombardo Toledano, publica un manifiesto a la nación, en el que expresa su simpatía hacia el presidente Díaz Ordaz y señala como responsables de los disturbios ocurridos en el país a las fuerzas reaccionarias internas y externas: al imperialismo, a los agentes de la CIA y a los grupos de extrema derecha. El PPS “rechaza las acusaciones de quienes culpan de lo ocurrido al Partido Comunista y denuncia la campaña anticomunista, una vez más, como una propaganda dirigida a impedir que el país acentúe su orientación democrática”. Apela a las procuradurías y a la jefatura de policía a que emprendan “una investigación seria para descubrir el verdadero fondo de los disturbios” y “no la persecución irreflexiva anticomunista, que debe cesar inmediatamente”.
A su vez, el Partido Comunista envía un telegrama a Díaz Ordaz, protestando por la declaración de formal prisión contra miembros de su partido y de otros ciudadanos, encarcelados con motivo de los sucesos del 26 de julio. Señala que las autoridades judiciales incluyeron el delito de “asociación delictuosa”, determinado por la pertenencia de los presos al PC, lo que revela el propósito de “convertir la investigación de los acontecimientos en un proceso contra el PC”.
Mientras tanto, en un desplegado de prensa, la oficialista FNET convoca a una manifestación de protesta para las dos de la tarde. Esto se percibe como una acción encaminada a crear confusión entre los chavos y debilitar la manifestación organizada por el Comité de Huelga del Poli. Sin embargo, muy pocos politécnicos responden al llamado de la FNET; la mayoría opta por sumarse a la manifestación convocada para las cuatro de la tarde por el Comité de Huelga. El director general del IPN no asiste a la manifestación, pretextando que no es exclusivamente de estudiantes politécnicos. La manifestación del Comité de Huelga parte a las cuatro y diez de la tarde de la Plaza de Honor de la Unidad Profesional de Zacatenco, encabezada por profesores y algunos directores del Poli, quienes llevan una manta que dice “Los maestros estamos en la lucha”. Detrás van los contingentes de estudiantes y maestros del Poli, de la UNAM, de Chapingo y de la Normal (se calcula la presencia de más de 25 mil personas). El nefasto Cebreros, presidente de la FNET, al ver fracasada su convocatoria, decide sumarse a la manifestación de las cuatro de la tarde e intenta encabezarla. Fracasa de nuevo y tiene que retirarse junto con un puñado de sus seguidores. Esto inicia la rápida caída del control que ejercía la FNET como estructura de mediación.
La marcha termina a las ocho de la noche en la Plaza del Carrillón del Casco de Santo Tomás, donde se realiza un mitin. Participan como oradores los estudiantes Raúl Álvarez Garín, Gilberto Guevara Niebla, José Tayde, Genaro Alanís y el profesor Fausto Trejo. Todos destacan la unidad estudiantil de politécnicos y universitarios, mostrada en esta manifestación. Alanís habla en nombre de las escuelas vocacionales; se refiere “al ambiente de corrupción que reina en las agrupaciones sindicales de todo el país”; propone “luchar por la desaparición del charrismo sindical y estudiantil”; califica a la FNET de “aparato político al servicio del gobierno”; por ello: “Decidimos separarnos y hacer muestra lucha independiente”, y concluye: “Ya es tiempo de que estudiantes y pueblo marchen juntos hasta la victoria”. Antes de finalizar el mitin, los estudiantes dan a las autoridades un plazo de 72 horas para resolver su pliego petitorio, advirtiendo que si para entonces no obtienen respuesta, se lanzarán a la huelga general.
Los profesores del Poli realizan una asamblea general; acuerdan crear el Comité de Profesores del Instituto Politécnico Nacional Pro Libertades Democráticas, en sustitución del Comité Coordinador Provisional, y asumen los seis puntos del pliego petitorio del movimiento estudiantil.